top of page

Reich Hoy: De la Represión al Agotamiento

  • Foto del escritor: Luis Blanco
    Luis Blanco
  • 9 abr
  • 3 Min. de lectura

A principios del siglo XX, Wilhelm Reich diagnosticó una sociedad autoritaria, moralista y represora. Las instituciones familiares, educativas y religiosas bloqueaban sistemáticamente la espontaneidad corporal y afectiva. La represión de la sexualidad y de la motilidad espontánea —lo que Reich llamaba impulsos vegetativos primarios— era el sello de una cultura que separaba al ser humano de su pulsación vital.


Reich localizó esta represión en el cuerpo: se expresaba como coraza muscular, una rigidez crónica que alejaba al individuo de su propio flujo orgánico. Liberar el cuerpo, permitir su entrega a la pulsación y al placer, era para él un acto a la vez terapéutico, político y existencial.


Pero, ¿y hoy? ¿Vivimos aún bajo represión? ¿O ha cambiado el paradigma?







Del "no puedes" al "debes poder"


La cultura contemporánea ya no dice abiertamente "no puedes". Al contrario, proclama: "debes poder todo". Debes ser feliz, productivo, creativo, sexualmente activo, emocionalmente inteligente, conectado, presente —y todo al mismo tiempo.

Esta aparente libertad genera una nueva forma de sumisión: no a la prohibición, sino a la autoexigencia. El imperativo actual es: sé libre —y si no lo logras, la culpa es tuya.Reich pensaba la represión como imposición externa. Hoy, se manifiesta como un control interiorizado, vinculado al rendimiento y la exposición.


La nueva coraza: exceso, velocidad y agotamiento


La coraza muscular de Reich persiste, pero con nuevas capas:


  • Digitales: la atención secuestrada por pantallas y estímulos constantes.

  • Simbólicas: la creencia de que el cuerpo siempre puede "mejorarse" o corregirse.

  • Químicas: la medicalización del dolor, la angustia o la lentitud.

  • Performáticas: el cuerpo como vitrina, marca o avatar.


Ya no se trata de bloquear el placer, sino de agotarlo por exceso. El cuerpo, sin tiempo para metabolizar sus experiencias, se acelera, consume y se fragmenta.


Esta nueva coraza no se muestra como rigidez visible, sino como:


  • Fatiga crónica

  • Insomnio

  • Ansiedad difusa

  • Pérdida de libido

  • Desconexión afectiva

  • Hiperactividad compensatoria


La represión ha cambiado de lenguaje, pero sigue operando.


De la liberación a la sostención de la presencia


Si en la época de Reich la tarea era liberar el cuerpo de la represión moral, hoy la Integración Orgánica no busca solo "liberar el placer", sino sostener la presencia que lo hace posible.


Se trata de:


  • Restaurar el ritmo orgánico de la respiración.

  • Reabrir la escucha de las sensaciones internas.

  • Reconectar con la lentitud propia del cuerpo.

  • Reaprender a confiar en la pausa, el silencio y el vacío.

  • Sostener la vibración, sin buscar rendimiento.


La IO no pretende reencenar una revolución sexual, sino abrir espacio para una reapropiación sensible del cuerpo vivo, en su potencia sutil, en su sabiduría no verbal, en su capacidad de sentir el mundo —antes de interpretarlo o responderlo.


Reich sigue pulsando (y más cuando se relee)


Reich sigue vigente, pero su pensamiento debe resintonizarse con las formas contemporáneas de dominación:


  • Menos represivas, más invisibles.

  • Menos verticales, más difusas.

  • Menos morales, más performativas.


La nueva represión es el agotamiento.La nueva libertad es la compulsión.El nuevo síntoma es el cuerpo sin tiempo, sin bordes, sin reposo.


Por eso, la clínica somática de la Integración Orgánica no ofrece solo técnicas: propone otro modo de vida, donde el cuerpo pueda:


  • Volver a confiar en sí mismo.

  • Respirar sin vigilancia.

  • Pulsar con el mundo sin fragmentarse.

 
 
 

Komentar


bottom of page