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Enfoque Somático como Práctica de la Presencia

  • Foto del escritor: Luis Blanco
    Luis Blanco
  • 25 mar
  • 2 Min. de lectura



Presencia como práctica encarnada


La presencia no es una idea: es una práctica viva en el cuerpo. Se construye en el gesto, en la pausa, en el silencio sin intención. A menudo comienza con la atención a la respiración o a las sensaciones, pero pronto se profundiza hasta abrir un espacio interno de escucha, donde algo más vasto puede emerger.


Enfoque Somático – Un camino en tres niveles


El Enfoque Somático puede verse como una vía que integra diferentes dimensiones:


  • Como atención continua (awareness): una presencia sensible y no reactiva, cercana a la Gestalt.

  • Como regulación del sistema nervioso: escucha del cuerpo que oscila entre tensión y relajación, como en SE (Somatic Experiencing).

  • Como meditación encarnada: una autoindagación sin objetivo, donde la palabra organiza pero no dirige — cercana al silencio del Yoga de la Mañana.






Del sentir al silencio – El espacio interno que se abre


Muchas personas, al practicar el enfoque, acceden primero a tensiones, calor, presión, vacío. Pero al sostener la escucha, aparece un campo sutil: un silencio vivo. No es un vacío muerto, sino un estado donde la conciencia reposa en sí misma. Este campo se acerca a la autoindagación silenciosa descrita por Ramana Maharshi: un estar sin búsqueda, un ver sin preguntar.


Prácticas que favorecen este estado


a) Atención flotante en el cuerpo: seguir suavemente las zonas que llaman, sin forzar.


b) Nombrar sin interpretar: usar palabras como puentes, no como explicaciones.


c) Silencio como gesto terapéutico: permitir que la palabra ceda, y lo que quede sea presencia.


d) Escucha relacional: cuando se practica en relación, el campo compartido profundiza la experiencia. El terapeuta sostiene con el cuerpo, con la voz, con el silencio. El otro puede entonces entregarse al sentir.


El cuerpo como templo del no-esfuerzo


Estas prácticas no llevan a una iluminación ideal, sino a una desactivación de la urgencia, a un reposo profundo en lo que es. No hay técnica milagrosa, hay un gesto de confianza en el cuerpo. Watts llamaría a esto "dejar que el universo sea tú". Ramana, "silencio auto-luminoso". En la IO, es el campo de presencia pulsante que se revela en el no-hacer.

 
 
 

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