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El Origen del Self en Wilhelm Reich y sus Conexiones Contemporáneas

  • Foto del escritor: Luis Blanco
    Luis Blanco
  • 9 abr
  • 3 Min. de lectura

Reich y el Origen del Self: una perspectiva pulsátil y somática


Aunque Wilhelm Reich no formuló una teoría explícita del Self, su concepción del organismo vivo, pulsátil y autorregulado ofrece una base sólida para entenderlo como un proceso encarnado. El Self, en esta perspectiva, no es una entidad abstracta o mental, sino una función viva y dinámica que emerge de la integración de movimientos afectivos, corporales y relacionales.






De abajo hacia arriba: la conciencia como función biológica


Influenciado por la biología y neurofisiología de su época, Reich veía la conciencia no como producto del cerebro, sino como una función biológica emergente de la regulación del sistema nervioso autónomo. La conciencia surge de la capacidad del organismo de pulsar, expandirse y contraerse, manteniendo un flujo continuo entre carga y descarga de energía. Esta visión invierte el modelo cartesiano: la conciencia emerge del cuerpo, no al revés.


Afecto, regulación y desregulación


Para Reich, el afecto es corporal, y su regulación depende del libre flujo energético. Cuando hay contención, bloqueos o falta de un campo relacional sintonizado, surge la desregulación afectiva, llevando a la formación de corazas musculares y a la disociación. Así, el Self emerge como función de la regulación afectiva encarnada, arraigada en la capacidad del cuerpo de sostener su pulsación en relación con el entorno.


El Self como expresión del campo organismo-mundo


Reich anticipa la noción de acoplamiento estructural de Maturana y Varela al entender que el Self no es interno al individuo, sino una función del campo organismo-mundo. El organismo se regula en contacto, y la calidad de ese contacto determina la emergencia o distorsión del Self. Esto lo acerca también a la intercorporalidad de Merleau-Ponty.


Conexiones con Ferenczi, Winnicott, Maturana y Dzogchen


  • Ferenczi aporta la idea de confusión de lenguas, mostrando cómo la ruptura del vínculo temprano puede fracturar el Self. Su enfoque en la inscripción corporal del trauma resuena con Reich.

  • Winnicott habla del verdadero Self como aquel que surge en un ambiente suficientemente bueno, alineándose con Reich en que la autenticidad nace del cuerpo y la relación.

  • Maturana y Varela refuerzan la idea del Self como función de acoplamiento, donde el sistema nervioso se estructura desde la experiencia relacional.

  • Dzogchen (budismo tibetano) propone la disolución del falso yo para revelar una presencia no-dual, similar a los estados de expansión reichianos tras liberar las corazas.


Conclusión: El Self como función organísmica encarnada


Desde la mirada de Reich, el Self es una función viva, reguladora y relacional. Nace de la pulsación del organismo, de su capacidad de contacto con el mundo y consigo mismo. Cuando esta capacidad se altera, surgen defensas, máscaras y desconexiones. La tarea terapéutica, entonces, es restaurar esa autorregulación, permitiendo un Self presente, fluido y pulsante.


Ferenczi: Trauma y Confusión de Lenguas en la Formación del Self


Ferenczi destacó que el trauma temprano —especialmente la ruptura de la confianza entre niño y adulto— puede fracturar el Self. Su concepto de confusión de lenguas describe cómo el erotismo infantil (lenguaje del afecto) choca con respuestas sexualizadas del adulto, generando caos psíquico. Para él, el núcleo del problema no es el evento, sino la pérdida de resonancia afectiva. Esto se alinea con Reich: ambos ven el cuerpo como sede del trauma y el Self como emergente de la relación.


Winnicott: Holding, Verdadero Self y el Cuerpo Vivo


Winnicott enfatiza que el Self surge del ambiente primario. El holding (sostenimiento afectivo) permite al bebé desarrollar un verdadero Self auténtico; su ausencia genera un falso Self adaptativo. Esta visión coincide con Reich en que la represión ambiental crea defensas corporales, aunque Winnicott lo aborda desde lo relacional, mientras Reich lo vincula a la coraza muscular.


Maturana: Estructura Cerrada y el Self como Acoplamiento


Maturana plantea que el sistema nervioso es estructuralmente cerrado: no procesa inputs externos, sino que se modula mediante perturbaciones en su acoplamiento con el entorno. Así, el Self no es un núcleo fijo, sino una configuración relacional en constante devenir. Esto refuerza la idea reichiana del organismo como totalidad resonante, donde el Self es un proceso vivo.


Dzogchen: Presencia Pura y la Disolución del Falso Self


El Dzogchen propone que el Self es una ilusión a trascender, revelando una conciencia no-dual (rigpa). Esta experiencia de vacío dinámico se asemeja a los estados reichianos de expansión post-liberación de corazas. No se niega el cuerpo, sino que se accede a una presencia plena, donde el Self deviene transparente y fluido.

En síntesis: La integración de Reich con estas perspectivas muestra al Self como un fenómeno encarnado, relacional y en constante transformación, donde lo terapéutico es recuperar la pulsación vital y el contacto auténtico con la existencia.

 
 
 

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