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Del Sistema Nervioso Autónomo Clásico a la Teoría Polivagal: Trayectoria de un Saber Vivo

  • Foto del escritor: Luis Blanco
    Luis Blanco
  • 6 abr
  • 3 Min. de lectura

Las bases del conocimiento del SNA a finales del siglo XX


El Sistema Nervioso Autónomo (SNA), también conocido como sistema neurovegetativo, comenzó a estudiarse de manera más sistemática a finales del siglo XIX y principios del XX, con la clásica división entre:


  • Sistema Simpático (o adrenérgico): activador, relacionado con la lucha, la huida y la alerta.

  • Sistema Parasimpático (o colinérgico): regulador, vinculado al reposo, la digestión y la regeneración.


Esta dicotomía fue consolidada en los estudios de fisiología clínica de autores como Langley y Cannon, y se mantuvo dominante durante décadas.







Wilhelm Reich y la pulsación vegetativa (década de 1930)


Wilhelm Reich, en los años 30, retoma estos descubrimientos y da un paso inédito: articula la teoría freudiana de las pulsiones con la fisiología del SNA, proponiendo que los movimientos de expansión y contracción en el organismo (placer y displacer) están mediados directamente por el sistema nervioso vegetativo.

Reich plantea que:


  • El placer está ligado a la expansión parasimpática del organismo: mayor flujo, más respiración, mayor entrega.

  • El displacer (miedo, ansiedad, angustia) está asociado a la contracción simpática: retracción, contención, rigidez.


En su práctica clínica, observa corrientes vegetativas en el cuerpo de los pacientes —temblores, espasmos, sudoración, calor, frío—, que considera expresiones directas del funcionamiento (o disfunción) del SNA. Este es el núcleo de la Vegetoterapia Caracteroanalítica, donde cuerpo y mente se tratan como una unidad funcional, y el SNA se convierte en el campo clínico donde la represión y el deseo se inscriben fisiológicamente.


Pos-Reich: la neurofisiología y la psicosomática (décadas de 1940–1980)


Tras Reich, diversos campos ampliaron la investigación sobre el SNA:


  • Franz Alexander y la medicina psicosomática (EE. UU.) estudiaron la relación entre rasgos emocionales y enfermedades orgánicas.

  • Paul MacLean propuso el modelo del cerebro triuno (reptiliano, límbico y neocortical), estableciendo un puente entre neuroanatomía y comportamiento afectivo.

  • Estudios sobre trauma de guerra (Kardiner, Grinker) ya señalaban respuestas vegetativas alteradas: insomnio, hipervigilancia, disociación.


Sin embargo, el modelo simpático/parasimpático seguía siendo dicotómico: lucha/huida o reposo.


El giro con Stephen Porges y la Teoría Polivagal (desde 1994)


Stephen Porges, neurocientífico estadounidense, propone una transformación radical en la comprensión del SNA con su Teoría Polivagal, que expande el modelo dual a uno trifásico, basado en la evolución filogenética de los vertebrados.

Plantea tres sistemas de respuesta:


  1. Nervio Vago Dorsal (arcaico, reptiliano): respuesta de congelamiento y colapso (inmovilidad con disociación).

  2. Sistema Simpático: respuesta de lucha y huida (hiperactivación, movilización defensiva).

  3. Nervio Vago Ventral (más reciente): sistema de compromiso social, afiliación y regulación afectiva con el otro.


Los grandes cambios que introduce Porges:


  • El parasimpático no es solo calmante: el vago dorsal puede inducir colapsos traumáticos, congelamiento y disociación.

  • El vago ventral es clave para la seguridad relacional, el vínculo y la corregulación: es el sistema del contacto, la sintonía, la escucha y la presencia encarnada.

  • El SNA es sensible a la experiencia, especialmente en las relaciones tempranas. La regulación se aprende, no es solo instintiva.

  • El funcionamiento autónomo no es fijo, sino plástico: puede modularse mediante prácticas corporales, relaciones de confianza y entornos seguros.

  • Convergencias con la Integración Organísmica (IO)


La Integración Organísmica reconoce en Porges una ampliación fundamental de lo que Reich ya intuía: que el cuerpo no es solo un sitio de tensiones, sino un campo de escucha, afinación y sintonía. El SNA no es solo defensivo; es expresivo, sensible y relacional.

En la IO:


  • La pulsación (parasimpática) no es solo relajación: también es entrega, éxtasis y afecto.

  • La contracción (simpática) puede regularse, reconocerse y transformarse, sin necesidad de "descargarse".

  • El congelamiento (vago dorsal) se entiende como protección extrema, que requiere calor, tiempo y presencia para disolverse.

  • La clínica no se limita a la regulación: es modulación afectiva, creación de nuevos ritmos y resonancias, devolviendo al SNA su función poética y perceptiva.


 
 
 

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