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Gramáticas del Erotismo: El Tao del Deseo

  • Foto del escritor: Luis Blanco
    Luis Blanco
  • 28 mar
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 31 mar

Erotismo como arte de circular la vida


En el Tao, todo lo que fluye es sagrado. Y el deseo — cuando se escucha sin prisa — es una forma de respiración del universo.


En la tradición taoísta, el erotismo no es una performance. Es un campo de afinamiento de la energía vital (Qi). No se trata de excitación ni de clímax, sino de presencia, de ritmo, de circular el Jing — la esencia sexual.




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El cuerpo no es un lugar de pecado.

Es un templo sensible, donde el alma respira desde dentro de la piel.

El sexo no es un acto aislado —

es una danza donde dos se vuelven ríos,

y los ríos se convierten en mar.


Las prácticas taoístas hablan de toques suaves, de miradas prolongadas,

de movimientos circulares, de retención y escucha.

La mujer es el mar profundo, el yin que acoge,

el hombre es la montaña que aprende a esperar.


"La verdadera unión no es penetración — es fusión de alientos"."El placer no se busca — se cultiva, como se cultiva un jardín".


En la cama taoísta no hay prisa.

Hay tiempo, respiración, silencio.

No se corre para llegar — se permanece para sentir.


Es posible hacer el amor con todo el cuerpo,

y también con los ojos, con el cabello, con los pies.

Con el tiempo del otro.

Con el espacio entre dos gestos.


Esta erótica no niega lo genital — pero lo disuelve en el conjunto.

La genitalidad es una flor entre muchas.

La excitación no es una línea recta — es una espiral.


En el Tao, el sexo es también medicina,

alquimia del cuerpo y del alma,

cultivo de longevidad y expansión del ser.


Y cuando llega el orgasmo, si llega,

no es explosión.

Es ola.

Es presencia que se disuelve en el todo.


 
 
 

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