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FILOSOFÍA Y PSIQUIATRÍA

La psiquiatría, más allá de la medicalización, busca comprender la subjetividad y el sufrimiento. Desde la filosofía, se cuestiona su rol como dispositivo de control y se exploran alternativas para una salud mental liberadora.


Introducción: ¿Por qué pensar la psiquiatría desde la filosofía?


La psiquiatría no es solo una especialidad médica dedicada a la salud mental. Desde sus inicios, ha sido también un dispositivo de poder, un modo de definir lo que es "normal" y "anormal", un campo de saber que, al clasificar, diagnosticar y tratar, también produce subjetividades.

La filosofía, por su parte, siempre se ha ocupado de la cuestión del sujeto, de la conciencia, de la razón y de la locura. Desde Platón hasta Nietzsche, desde Descartes hasta Deleuze, el pensamiento filosófico ha interrogado los límites entre razón e irracionalidad, entre libertad y control, entre experiencia y medicalización.

En este artículo, exploraremos cómo la psiquiatría ha sido moldeada por diferentes paradigmas filosóficos y cómo, en la actualidad, su papel ha cambiado radicalmente. Si en la sociedad disciplinaria descrita por Foucault la psiquiatría operaba dentro del modelo manicomial, en la sociedad de control analizada por Deleuze, se ha expandido y diseminado, convirtiéndose en una tecnología de gestión de los afectos y de la subjetividad a gran escala.

La pregunta central que aquí nos hacemos es: ¿cómo podemos pensar la psiquiatría más allá del dispositivo de normalización?


Filosofía y los fundamentos de la psiquiatría


Desde la antigüedad, la relación entre filosofía y medicina ha sido profunda. Hipócrates y Galeno establecieron teorías sobre los humores y la salud mental que influyeron en el pensamiento occidental durante siglos. Sin embargo, la psiquiatría como disciplina autónoma surge en el siglo XIX con Pinel y Esquirol, quienes introdujeron la idea de clasificación de las enfermedades mentales.

Con la llegada del positivismo, la psiquiatría se orientó hacia una visión biologicista del ser humano, alejándose de cuestiones filosóficas y existenciales. No obstante, corrientes como la fenomenología en el siglo XX —con autores como Karl Jaspers, Ludwig Binswanger y Eugène Minkowski— propusieron una visión diferente: entender la locura desde la experiencia vivida del paciente y no solo desde una perspectiva clínica y objetiva.

En este punto, la pregunta filosófica es clave: ¿puede la psiquiatría comprender la subjetividad sin reducirla a un conjunto de síntomas?


La psiquiatría en la sociedad disciplinaria y de control: Foucault y Deleuze


Michel Foucault mostró cómo la psiquiatría nació como un dispositivo de poder destinado a gestionar la locura en la sociedad disciplinaria. En su obra Historia de la locura en la época clásica (1961), argumenta que el loco fue separado de la sociedad mediante el confinamiento en manicomios, al igual que en la modernidad se separa al criminal en cárceles y al obrero en fábricas.


En este modelo:


  • La psiquiatría funcionaba de manera visible, dentro de hospitales psiquiátricos.

  • El poder psiquiátrico se ejercía a través del encierro y la vigilancia.

  • Se establecía una separación clara entre "sanos" y "locos".

  • El objetivo era la normalización del comportamiento mediante la reeducación y el tratamiento moral.


Sin embargo, en la sociedad contemporánea, este modelo ha cambiado. Como señaló Gilles Deleuze en Post-scriptum sobre las sociedades de control (1990), ya no vivimos en una sociedad de encierro, sino en una sociedad de control, donde la psiquiatría no necesita más los muros del hospital para ejercer su poder.


En esta transformación:


  • El manicomio ha sido sustituido por redes descentralizadas de atención psiquiátrica.

  • Los diagnósticos se han multiplicado, afectando cada vez a más personas.

  • La regulación del comportamiento ya no se hace mediante el confinamiento, sino a través de la medicalización.

  • El control se ejerce de manera difusa, a través de psicofármacos, terapias conductuales y autogestión de la salud mental.


Hoy, la psiquiatría está en todas partes: en los consultorios, en las escuelas, en las empresas, en las redes sociales. Ya no es necesario aislar a los "locos", porque todos somos potencialmente pacientes psiquiátricos.


Psiquiatría y capitalismo: la producción de subjetividad en la era neoliberal


En el contexto neoliberal, la psiquiatría se ha convertido en un mecanismo de ajuste del sujeto a las exigencias del mercado. En lugar de cuestionar las condiciones sociales que generan ansiedad, depresión y burnout, la psiquiatría ofrece tratamientos para que los individuos continúen funcionando dentro del sistema.

Algunas claves de esta transformación:


  • El sufrimiento psíquico se privatiza: se le atribuye a fallos individuales y no a estructuras sociales.

  • La medicalización de la vida: estados emocionales normales como la tristeza o la timidez son convertidos en trastornos psiquiátricos con tratamientos farmacológicos.

  • El DSM como dispositivo de control: la proliferación de diagnósticos psiquiátricos amplía el alcance de la psiquiatría sobre la vida cotidiana.

  • La gestión del comportamiento: los sujetos se regulan a sí mismos mediante terapias cognitivo-conductuales y fármacos.


En este contexto, el desafío es claro: ¿cómo resistir la psiquiatría como herramienta de normalización?


Más allá de la psiquiatría de control: alternativas y resistencias


Frente a esta psiquiatría de ajuste, ¿qué alternativas existen?


Desmedicalizar el sufrimiento: No reducir la angustia humana a un problema neuroquímico, sino reconocer su dimensión existencial y social.

Modelos comunitarios de salud mental: Espacios de escucha, acompañamiento y cuidado que no dependan únicamente de fármacos o diagnósticos psiquiátricos.

Reivindicar el cuerpo y los afectos: Integrar prácticas que trabajen la experiencia corporal sin reducirla a un conjunto de síntomas.

Ampliar los horizontes de la subjetividad: Explorar enfoques filosóficos que permitan comprender el sufrimiento como parte de la existencia, y no solo como una patología a corregir.


Conclusión: Filosofía y psiquiatría, un diálogo necesario


La psiquiatría contemporánea enfrenta un dilema: seguir operando como un dispositivo de control y ajuste social o abrirse a formas más amplias de comprender el sufrimiento humano.


La filosofía puede ofrecer caminos para una psiquiatría diferente:


  • Una psiquiatría que no se limite a encasillar y medicar, sino que escuche y comprenda.

  • Una psiquiatría que no sea solo una tecnología de normalización, sino un espacio para la producción de subjetividades singulares.

  • Una psiquiatría que se atreva a salir de la lógica del mercado y del control social.


Si la psiquiatría moderna ha sido históricamente una herramienta de disciplina y regulación, la pregunta es: ¿puede convertirse en una práctica de liberación?

Tal vez el desafío no sea destruir la psiquiatría, sino reinventarla.

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